domingo, 26 de julio de 2015

Vendedor, profesión de riesgo

Dentro del ámbito comercial se tiende a dar importancia a toda la parte de desarrollo de la venta: argumentación, escucha, comunicación, cierre, reuniones…… Pero echo en falta artículos o noticias sobre el peligro de nuestro trabajo. Y cada día pienso más en los riesgos a los que estamos sometidos.

Expuestos a cientos de personas en entrevistas comerciales, presión de objetivos, rutinas de viajes, reuniones, jefes sin escrúpulos que sólo exigen resultados numéricos …. Y en medio de todo ellos se encuentra nuestro principal enemigo pero a la vez nuestro mejor aliado: el coche.


La vida comercial se desarrolla en dos principales escenarios: las oficinas o instalaciones de nuestros clientes y nuestro vehículo comercial. Diariamente no llegamos a ser conscientes de las horas que pasamos en nuestro coche. Carreras, caravanas, viajes….. ponemos en manos de un medio mecánico demasiado tiempo, demasiada vida.

Sin embargo y pese a ello, nunca he llegado a tener un plus de peligrosidad. Nuestra profesión no está catalogada como profesión de riesgo, cuando exponemos diariamente nuestra vida en la carretera. Y estamos arriesgando mucho….
Es sencillo exigir en la selección de un puesto comercial disponer de vehículo propio o tener el carnet de conducir, pero la empresa no tiene en cuenta el riesgo que esto entraña para su empleado.

Así que compañero vendedor, piensa en ti cuando acumules tu agenda con demasiadas visitas comerciales en puntos tan lejanos entre ellas que no puedas levantar el pie del acelerador. Antes de tus resultados numéricos en ventas está tu vida y tu salud. Es preferible dejar de sumar una venta en tu cuenta que restar un día en tu historia.

Niégate a utilizar un vehículo de empresa en mal estado, porque tú eres quien puede perder.

Revisa periódicamente los principales puntos de riesgo de tu vehículo y se precavido en días con condiciones atmosféricas adversas.

Cuidado con las distracciones y la velocidad. Lo importante es llegar.

No te estreses por los atascos o caravanas e ignora a aquellos otros conductores que quieren ejercer en la carretera la “ley del más fuerte”.

Recuerda que nadie te va a felicitar por realizar muchas visitas poniendo en riesgo tu vida al volante. Así que piensa en ti y en los que te rodean. El trabajo es importante, pero tu vida lo es más.

PD: Sin patrocinio de la DGT