lunes, 13 de abril de 2015

Quien mucho abarca, poco aprieta

Es fácil mirar a nuestro alrededor y ver que la crisis nos acosa, nos rodea, nos invade….

La lista del paro no para de crecer y multitud de personas se lanzan al mundo del emprendimiento como salida a su situación de desempleados o de malas condiciones laborales.

Este post va dedicado hoy a ellos.

No es fácil. Claro que no. Parece que todo está inventado. Entonces, plaf!! Aparece una idea. Un proyecto. Una oportunidad. Surge la ilusión, las ganas, la energía suficiente que nos permite cambiar el rumbo de nuestro destino y arriesgarse al difícil mundo del emprendimiento.

Pero aquí amigo estás solo. Partes de una ilusión, pero ahora hay que materializar tu idea. Las ideas no se venden solas. Hay que salir a buscar clientes que quieran comprar tu gran proyecto.

Clientes. Esta palabra tan codiciada. Término en el que se centra todo el marketing actual y que parece tan fácil de lograr: “El cliente es el centro del negocio”.

Pero tú acabas de comenzar. Has conseguido financiación, tienes definido todo tu proyecto, tus proveedores, tu distribución. ¿Y dónde encuentro yo el cliente donde centrar mi negocio? Tienes que empezar a vender….

No pienses que una vez desarrollado todo el proyecto llega la parte fácil de conseguir clientes y comenzar a facturar. La redes sociales han hecho mucho daño a la profesión comercial, haciendo creer que es fácil vender, que con un blog y una buena página web los clientes llegarán…. Siento darte malas noticias…. ¡Necesitas algo más! Proactividad, llamadas, visitas, generación de contactos, más visitas, más llamadas, más contactos, presentaciones, más llamadas, más visitas, más reuniones…… Tu negocio no existe sin compradores.

El mercado es inmenso, actualmente casi sin fronteras. El problema es que no estás sólo en él.



O tienes la suerte de disponer de un producto único e inimitable o siento decirte que no estás solo. La competencia existe y posiblemente deseen los mismos clientes que quieres tú.

Nunca hay que desesperar. Piensa qué tipo de empresa, particular u organismo puede demandar tus servicios. No intentes acaparar ni salir a la calle sin un control de tu actividad comercial. En la segmentación puede estar tu éxito. Céntrate en los clientes que tienen mayor potencial. No pienses sólo en el volumen de sus compras a corto plazo, porque en el largo plazo está la victoria. Piensa con tipo de clientes te sientes más cómodo, si tu producto o servicio encaja mejor en un sector u otro, si eres capaz de dar respuesta a grandes proyectos o te manejas mejor con pequeñas propuestas.....

Posiblemente tu servicio o producto no sea atractivo para la totalidad del mercado. Investiga y piensa quien puede ser realmente tu comprador potencial. Tú decidirás cómo segmentas a tus clientes y en tu decisión estará gran parte de tu éxito.

Y recuerda el refrán: “Quién mucho abarca, poco aprieta…". Céntrate y segmenta.