viernes, 6 de septiembre de 2013

Déjalo, a estas alturas no tengo remedio...

Leo a diario, siempre intentando buscar ese momento del día que me permita evadirme de la realidad y me lleve a otras vidas, épocas, lugares y personas.

Me encanta que me regalen libros y también me gusta regalarlos. Una buena inversión.... Ayer mismo regalé uno. Espero haber acertado.....

Esta semana, estoy inmersa en la lectura de un genial libro del también genial Mario Benedetti: La Tregua. A modo de diario, Benedetti narra la vida rutinaria de un viudo, con tres hijos y su proximidad a la jubilación. En una de las conversaciones, uno de los hijos echa en cara al padre: "Déjalo, a estas alturas ninguno de los dos tiene remedio"

Qué gran frase, excusa ideal para que todo continúe como está. Gran frase para no provocar cambios.... Conozco a tantas personas que se esconden y se escudan tras estas palabras. Tantas personas que realmente no tienen remedio, no por no poder provocar o buscar nuevos caminos, si no porque no quieren que el cambio llegue a su vida. Prefieren que todo siga gris, que todo continúe con la misma rutina.


Relacionando todo lo anterior con mi profesión, revisé unos cuantos post de "colegas de ventas" sobre la edad y la madurez comercial. Sobre la riqueza de los equipos heterogéneos y el enriquecimiento de los miembros del grupo cuando existe diversidad de edad y madurez profesional.

Así Adrián Troncoso (@AdrianTroncosoR), en su post "El valor de la experiencia", defiende el valor de la veteranía en la empresa y Vicente (@vicente_lavilla) en su entrada "La edades del comercial" analiza la evolución de un profesional en el área de ventas.

Cierto es que las diferencias generacionales, la diferente procedencia de sectores de los actores involucrados en los equipos, la diversidad de modelos de venta empleados por cada miembro, hace grande a la fuerza comercial. Si todos se complementan y consiguen que la unión del equipo sea superior que a la suma de todos ellos, el éxito del área comercial está casi asegurado.

El problema viene cuando alguno de los miembros considera que a estas alturas ya no tiene remedio.... y de este modo evita la adaptación, rechaza el nuevo aprendizaje y el crecimiento profesional / personal que la empresa o sus compañeros ponen a su alcance. Este tipo de vendedores ponen en peligro la estabilidad del área comercial.

La edad no es una excusa. Tampoco la experiencia. Siempre existe remedio , se puede buscar una solución y proponer cambios.

Lo único que se necesitan son ganas y voluntad.

Aún recuerdo compañeros en antiguas empresas, que se escudaban en sus históricos de ventas, en otros tiempos, en el tipo de cliente menos exigente que tenían en sus carteras.

¿¿Pero muchos no se dan cuentan que los tiempos han cambiado y que todo es diferente casi a diario??

¿¿Cómo pueden considerar que la formación, el trabajo en equipo y la superación personal no valen la pena??

¿¿Qué los puestos comerciales actualmente necesitan adaptarse a las nuevas tecnologías y las grandes ventajas que nos facilita el mundo 2.0??

¿¿Puede una organización permitirse el lujo de mantener a las grandes figuras del pasado, basándose únicamente en los resultados que alcanzaron en tiempos remotos??

NO. No existen excusas. Hay remedio.

Hoy en día un profesional de la venta tiene que estar actualizado, formarse continuamente, adaptarse. La aparición de nuevas herramientas de control y gestión comercial, la mayor información que dispone el cliente, la brutal competencia que existe en el mercado.... Nos obliga a cambiar. Nos obliga a buscar remedios. ¡¡No valen excusas!!

No importa tu edad. No importa tu experiencia comercial. No importa tu antigüedad en la empresa. No pienses nunca la frase: Déjalo, a estas alturas no tengo remedio.

Identifica tus puntos de mejora, tanto profesionales como personales, y ponte manos a la obra. Escucha los consejos de las personas que te rodean, plantéate metas y provoca los cambios que te permitan ser un profesional de la venta actualizado para los tiempos que corren.

PD: Aplíquese este post a cualquier persona, puesto, ámbito, edad, profesión o situación personal...... ¿No consideras que merece la pena intentar el cambio, buscar el remedio y proponer un cambio?

5 comentarios:

  1. En primer lugar muchas gracias por la referencia a La venta desde las trincheras desde tu espacio, un blog al cual me siento hermanado por poderosas razones.
    Llevas toda la razón del mundo. La edad no es excusa. Siempre se puede generar el cambio y en cualquier ámbito. Hay personas mayores que han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías con la ilusión de chavales. ¿Porque? En el momento que han entendido que este cambio le revertirá en unos beneficios para su vida. De esta manera entiendo que el factor clave generador del cambio es la motivación. Esta motivación cambia según cada persona. A una persona con sobrepeso le motivará su apariencia, pero a otra con el mismo problema su salud.
    En el apartado de ventas la motivación hoy en día en clara: renovarse o morir. La competitividad en todos los sectores y la recesión (la tarta a repartir es más pequeña) provoca que las únicas posibilidades de supervivencia pasan por generar el cambio, y nunca jamás escudarse en esa frase que tanto partido le has sacado en el post de hoy: "Déjalo, a estas alturas no tengo remedio".
    #Post Maestro.
    Gracias por compartirlo, Eva.

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    1. Gracias Adrian por tu comentario. Siempre es un placer verte por mi blog.

      Como bien dices, en el ámbito comercial, te renuevas o mueres profesionalmente.... Lástima por aquellas empresas que se empeñan en mantener a sus "viejas glorias" poseedores de las más grandes victorias de ventas en el pasado.... sin cambio y actualización sólo conseguirán ser un estorbo...

      Querer es poder.

      Un fuerte abrazo.

      @Evasapar

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  2. En primer lugar, Eva, felicidades por tu artículo. Has dado en la llaga, del conflicto intergeneracional. A veces como dices, no tiene arreglo. Personalmente soy de los que buscan el término medio, un acuerdo entre las dos generaciones, pero si el "poder" lo detenta la parte más veterana y sin ánimo de cambio, es imposible plantearse nada. Me quedan pocos años, y me pasará igual, o quizás no, porque lo he sufrido en mis carnes. A veces se plantean los cambios a base de mucha insistencia y mi pregunta es: ¿Vale la pena?
    Como Google, no se que le pasa, a la hora de dejar el nombre, soy Germán (@germamy, uno de tus fieles lectores y seguidores en las redes sociales.

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  3. ¿Por qué será que nunca cierro el paréntesis? Ja,ja,ja.
    Buen comentario el de Adrián. Saludos a los dos. @germamy

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  4. El hacer un análisis de nosotros, de los cambios del entorno, nos lleva a renovarnos, a actualizarnos y adaptarnos, como bien mencionas en tu post. La interacción entre diferentes generaciones, es una buena oportunidad para aprender, actualizarse, y sobre todo trabajar en equipo.

    Gracias Eva, por compartir el post

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